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Michael N. Escobar
Span 116
8 de abril del 2004

The birth of the cool: autoexplotación o liberación

Hollywood tiene una larga tradición de mostrar imágenes estereotípicos. Consideremos las películas del Hollywood temprano, hasta los años 60, que mostraban a negros. Había películas musicales, dramáticas, de acción. Las musicales son muy interesantes; varias muestran un personaje blanco que se mete por alguna razón en un barrio negro, y alcanza a ver una fiesta o celebración, donde se ve un gran grupo de negros cantando, bailando, en formas que son absolutamente estereotípicas. Gone with the Wind sale en los años 30, y luego sale en 1952 la novela The Invisible Man. Eso es un título metafórico, pero sin embargo creo que se puede decir que esa larga tradición de películas explotadoras no logró nada en cuanto a la visibilidad cultural de los negros. George Gershwin, famoso por haber introducido "la música negra" (jazz) a la música clásica moderna, escribió una comedia musical que funciona totalmente a través de estereotipos tradicionales: Porgy and Bess.

La lucha para la justicia social y racial tuvo éxito cuando los negros decidieron de no apoyar mas a las estructuras racistas, cuando lograron entrar en el ámbito nacional por mostrar imágenes positivos y humanos, como en las películas de Sidney Poitier, y peleando duramente por sus derechos, con ambos Martin Luther King y Malcolm X. Estos tres hombres no tuvieron nada que ver con la participación en formas estereotípicas, no hicieron nada para perpetuar las viejas imágenes racistas; los personajes de Sidney Poitier exigen ser vistos por sus propios méritos, por su humanidad innata. Martin Luther King y Malcolm X enfrentaron directamente a las estructuras opresivas. Lo que lograron fue una reconquista de la dignidad y la humanidad en la esfera pública.

Generalmente, hablando de estrategia, cuando quieres dar batalla al enemigo, nunca quieres entrar en batalla según los términos del enemigo. Uno siempre quiere dictar los términos al enemigo, para pelear desde el terreno superior, tener una posición más fuerte. Esto sí es aplicable siquiera en situaciones de conflicto asymétrica; Vo Nguyen Giap siempre trataba de dictar términos a su enemigo cuando escogía cuándo y dónde se lo enfrentaba, igual como el movimiento 26 de julio en Cuba. Se escoga el terreno, el tiempo, y la iniciativa. Estos son principios estratégicos aplicables igualmente en la guerra, la política, el debate y el ajedrez.

Cuando un turista llega a una comunidad indígena, y se siente obligado a comprar algo para llevárselo a la casa (para luego mostrarles a sus amigos una prueba del viaje, para llevarse algún botín que hace concreto su viaje, para validar al viaje) si los indígenas le venden algo, eso no me parece como explotación mútua. No es que, desde su posición subalterna, los indígenas dan una vuelta a la situación y explotan al turista, y además logran algun mejoramiento en su visibilidad cultural. Eso es simplemente una estrategia para sobrevivir, como hacen los vendedores ambulantes que se ven en cualquier ciudad de Latinoamérica (y también en Los Angeles). Esos vendedores ambulantes venden cigarillos individuos, chiclets, muñecos, ropa, lo que sea (una variedad infinita de cosas), porque no tienen otro trabajo, porque hay un montón de gente que ha llegado del campo, abandonando a sus tierras campesinas, esperando encontrar trabajo en la ciudad.

Para hacer una analogía, esta cuestión de hacerse una comodidad dentro de una sociedad explotadora se ve también en la pornografía y el trabajo de sexo, que son señalados por los femenistas posmodernos como una nueva forma de poder femenino, y por eso lo celebran. Esta generación de feministas (en oposición a los femenistas de los años 60 como de Beauvoir) quiere dos cosas: liberación femenina, y participación en códigos de femeninidad que vienen del pasado, de la sociedad patriarcal. Son las femenistas "cha-cha-cha", como una mujer puertorriqueña cuyo nombre se me olvida, que escribió sobre su descubrimiento del mundo de baile latino. Descubrió cierto placer al vestirse como "chica cha-cha-cha" con zapatillos stilettos y falda cortica, como un "guilty pleasure" dado su formación femenista "tradicional".

Yo sugiero que en lugar de eso, que al explotar a los gustos o imaginaciones de los hombres, la mujer no se libera. Eso no es nada mas que participación en su propia opresión, aceptando lo que es "lo femenino" según la definición machista, y abandonando la lucha iniciada por los femenistas de los años 60 que intentaron redefinir "lo femenino". Entonces las mujeres quemaban sus brasieres, hoy en día se vistan como Britney Spears, que es tomar dos pasos atrás y no progresar adelante.

Participar en las estructuras de la hegemonía es una manera de perpetuarlas, ya que la hegemonía se defina como la dominación aceptada por los dominados. El supuesto privilegio que un subalterno ganaría a intentar a "subversionar" los código por participar en ellos, se ve hoy en día con los negros en EE.UU.: son el arquetipo de lo "cool." El negro es cool porque no puede negar ser diferente, porque sus modos de hablar y sus músicas se han difundido por el país hasta ser celebrados como "lo americano" - como se ha dicho, "el jazz es la primera forma de música auténticamente americana."

Hay que enfrentarse al poder directamente, no aceptar sus términos y códigos, si esos son la cosa con la cual quieres acabar. Si el meta de un movimiento es escapar del espacio de invisiblidad y silencio en que un grupo ha sido relegado, obviamente se desea lograr visibilidad, pero es un muy mal negocio cambiar visibilidad por dignidad.

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